En una era marcada por constantes cambios y desafíos sin precedentes, los encargados de prevenir el fraude enfrentan una transformación acelerada en hábitos de consumo y formas de trabajo, impulsada por la tecnología. La evolución continua y la innovación en productos y servicios son esenciales para mantener un entorno seguro y confiable.

Sin embargo, la industria y la criminalidad avanzan en paralelo hacia el uso de nuevas tecnologías, y los retos y amenazas persisten. Para enfrentar estos desafíos y mantenerse un paso adelante, es crucial contar con herramientas y conocimientos actualizados.

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